Desde el Observatorio La Rábida hemos estado facilitando la asistencia virtual a la COP26 a entidades e instituciones iberoamericanas de todo tipo: públicas y privadas, locales y multilaterales, academia, sociedad civil y ciudadanía. Junto a ellas hemos estado participando en diálogos, eventos y talleres a lo largo de dos intensas semanas de virtualidad, aunque ya habíamos participado presencialmente en las anteriores cuatro conferencias de las partes sobre cambio climático (COP).

Ahora más que nunca comprobamos que todos los sectores, de todos los niveles son esenciales para buscar soluciones ante esta emergencia climática de la que cada vez somos cada vez más conscientes.

De nuestra participación destacamos:

• El evento sobre transformación de los sistemas alimentarios para la carbono neutralidad (puedes verlo aquí: https://lnkd.in/d4Zsny3H) en el Pabellón Euroclima de la Zona Azul.
• La alianza con #AmbicionCOP26. A través de esta plataforma, diferentes instituciones generamos alianzas para una mayor ambición y urgencia de los compromisos climáticos, visibilizando además los eventos que se han realizado hasta llegar aquí.
• La acogida de las entidades de la guía especial que hemos elaboramos con todos los enlaces de la COP26 wakaya.org/cop26 ←- guía para asistir

Sin embargo, una vez terminada la cumbre del clima de Glasgow, existe un cierto sabor agridulce ya que, si bien las COP siguen siendo el mecanismo necesario para lograr diálogos entre países, la ambición de los acuerdos logrados no son suficientes para responder a las evidencias científicas.

En el texto final se abren las primeras soluciones para limitar el aumento global de la temperatura a 1,5°C. Para ello al menos habría que reducir en un 45% de las emisiones de gases de efecto invernadero antes del 2035 y bajarlas a cero en 2050. Sin embargo, los actuales compromisos presentes en las contribuciones nacionales determinadas (NDC) de los países no son suficientes para asegurar en el momento actual que estas cifras puedan alcanzarse.

En la declaración final de Glasgow se solicita a los países participantes “acelerar la eliminación progresiva de la energía de carbón y de los subsidios ineficientes para combustibles fósiles”. A su vez, propone que los países más ricos doblen su contribución al fondo común para sopesar el daño y ayudar a los países en vías de desarrollo a luchar contra el cambio climático. A pesar de estos avances en el mecanismo de daños y pérdidas, los mecanismos de financiación continúan sin agilizar las cifras que ya aparecen en los textos de la COP de París de 2015.

Por otro lado, existen de ciertos grupos de países que se comprometen a trabajar por la conservación de los bosques y la lucha contra la deforestación. También 103 países firmaron un acuerdo para reducir en un 30% las emisiones de metano, que están detrás de casi el 25% del calentamiento global. Detrás de ambos acuerdos debería estar la transformación de los sistemas alimentarios ya que, por ejemplo, la ganadería extensiva o la reducción del desperdicio alimentario podrían responder a esa reducción de emisiones de metano y esa reducción de deforestación.

Algunos acuerdos y anuncios que podrían destacarse para los próximos meses de negociación:

• El acuerdo bilateral entre Estados Unidos y China, donde ambos gobiernos se comprometen a mantener un diálogo abierto para tratar todos los asuntos relacionados al cambio climático, será también importante para los siguientes meses de negociación hasta la COP27 de Egipto.
• India anunció un retraso de 20 años para alcanzar la neutralidad de carbono, de 2050 a 2070
• Seis fabricantes de automóviles firmaron un acuerdo con una treintena de países para dejar de producir vehículos con motor de combustión en 2035.

Tal y como afirma Fernando Valladares, “los países deberían afrontar la crisis climática con la misma contundencia que usaron para la pandemia; como una verdadera emergencia global”

Desde el Observatorio La Rábida, seguiremos siendo un vehículo para impulsar políticas públicas y privadas, de todo tipo de actores, que puedan llegar a aumentar la ambición y la urgencia de los compromisos climáticos. La negociación en estos aspectos continúa, y confiamos que la próxima reunión de Ministros y Ministras de Medio Ambiente de Iberoamérica pueda avanzar en los aspectos principales para la región.

Colaboran para este artículo: Ana Karina González Bethencourt y Rosa Castizo