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Informe La Rábida 2021: Desarrollo Regenerativo en la XXVII Cumbre Iberoamericana

El II Informe La Rábida destaca la necesidad de avanzar hacia un desarrollo regenerativo en vista de cómo hemos superado los límites de los ecosistemas.

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Durante el último año, el mundo ha sido testigo de múltiples calamidades naturales, desde incendios en el Amazonas, California y Australia hasta temperaturas récord de 20,75 °C en la Antártida. Los científicos del sistema terrestre han advertido que la selva amazónica, los arrecifes de coral y los bosques boreales se están acercando rápidamente a la cúspide de sus puntos de inflexión irreversibles. De llegar a ellos, podrían desencadenarse cambios rápidos en los ecosistemas que no pueden predecirse, pero que seguro tendría efectos de gran alcance en la economía, la sociedad y la vida tal como la conocemos.

La humanidad se está excediendo de su presupuesto natural anual, lo que se visualiza fácilmente tanto en la medición de huella ecológica como en el día de sobrecapacidad. La huella ecológica representa nuestra demanda como seres humanos sobre la capacidad del planeta para proporcionar recursos renovables y servicios ecológicos. Hasta 1970, nuestra huella ecológica global era menor que el ritmo en el que la Tierra era capaz de regenerar los bienes y servicios utilizados.

La humanidad actualmente demanda la capacidad de 1,7 planetas Tierra para proporcionar los bienes y servicios que usamos cada año.

Esta huella es muy diferente en función de la densidad de población, los recursos naturales de cada país y también de los ingresos. Los patrones de consumo en los países de altos ingresos están dando lugar a demandas desproporcionadas de contribuciones de la Tierra, a menudo a expensas de las personas y la naturaleza en otro lugar del mundo. En Iberoamérica casi la mitad de los países ya están experimentando un déficit ecológico (consumiendo por encima de la capacidad biológica de su territorio) siendo El Salvador, España, México o Portugal los que tienen peores indicadores. Unos niveles tan dispares en las huellas ecológicas están motivados por los diversos estilos de vida y patrones de consumo, incluyendo la cantidad de alimento, bienes y servicios usados por sus habitantes y el dióxido de carbono emitido para suministrar dichos bienes y servicios.

Dentro del cálculo de huella ecológica se incluyen las emisiones de gases de efecto invernadero. En esa línea, hay estudios que profundizan en el concepto de “presupuesto de carbono”, como ese nivel máximo de emisiones por persona o por país que podríamos llegar a usar para no alcanzar niveles de incertidumbre.

Se calcula que una tonelada de CO2 al año sería la huella ética que no deberíamos superar por persona, si queremos evitar daños a otras especies y generaciones, lo que conlleva cambios individuales y colectivos de consumo y formas de vida

Huella para la Vida, 2020

Días de sobrecapacidad en 2021 para los distintos países iberoamericanos. Fuente: Elaboración propia a partir del Overshoot Day 2021

El día de sobrecapacidad de la Tierra o día de rebasamiento es el día en el año en el cual nuestra demanda de recursos que provienen de la naturaleza excede lo que el planeta es capaz de regenerar ese año. Durante las últimas tres décadas hemos ido acumulando un déficit constante, de manera que los recursos naturales que usamos en exceso, restan capacidad a otras especies, poblaciones o futuras generaciones.

En 2021, Ecuador o Nicaragua alcanzarán el día de sobrecapacidad en diciembre, mientras que Portugal, Chile o España se encontrarán en déficit con la naturaleza desde mayo.

Desarrollo Regenerativo

Los datos sobre cómo hemos sobrepasado los límites y sobre la triple emergencia de cambio climático, biodiversidad y contaminación evidencian la necesidad urgente de incorporar acciones de regeneración y restauración para poder alcanzar el desarrollo sostenible de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Sostener la salud del planeta y el bienestar de la sociedad pasa en estos momentos de manera ineludible por dar respuestas innovadoras a todos los niveles, que sean capaces de regenerar las capacidades que hemos ido perdiendo a lo largo de las últimas décadas.

El desarrollo regenerativo tiene un enfoque holístico e integrador que conecta directamente con la Declaración firmada en la Cumbre de Río +20 por todos los países. Con esta lógica, el desarrollo regenerativo incorpora las dimensiones cultural, política y ética a los cambios necesarios en las esferas social, económica y medioambiental (Müller, 2019)

Declaración de Río +20

Artículo 40 Pedimos que se adopten enfoques holísticos e integrados del desarrollo sostenible que lleven a la humanidad a vivir en armonía con la naturaleza y conduzcan a la adopción de medidas para restablecer la salud y la integridad del ecosistema de la Tierra.

Artículo 76 c) Recalcará la importancia de los vínculos entre las cuestiones y problemas fundamentales y la necesidad de afrontarlos con un enfoque sistemático en todos los niveles pertinentes

Ya existen muchas experiencias que están funcionando en Iberoamérica con esta lógica regenerativa, englobando a todo tipo de actores y sectores. Pero la naturaleza lleva más de tres mil millones de años practicando las estrategias necesarias para albergar la vida regenerando sus capacidades. Para diseñar sistemas regenerativos es necesario entender estas bases y simplemente imitar muchos de los patrones naturales, como de hecho sugiere la biomímesis, que mencionaremos más adelante.

Costa Rica Regenerativa es un programa que busca impulsar la regeneración como paradigma de desarrollo, posicionando al país como líder y pionero en esta transición. Este modelo parte de la idea de que los seres humanos también somos naturaleza y por lo tanto, tenemos la capacidad de colaborar con nuestros ecosistemas para hacer lo que la naturaleza hace mejor: crear las condiciones para que prospere la vida.

Costa Rica Regenerativa impulsa proyectos regenerativos basados en las distintas bio-regiones del país, con soluciones adaptadas a las necesidades de cada contexto específico

El desarrollo regenerativo comparte los fundamentos de la economía donut o economía rosquilla (Raworth, 2019) en cuanto a que plantea un desarrollo que pueda asegurar las necesidades sociales sin sobrepasar los límites naturales, recuperando además la base de la vida. La economía donut establece un espacio seguro y justo en el que podemos mejorar nuestro bienestar sin superar esos límites, impulsando además este esquema en la planificación y ejecución de proyectos en cada vez más ciudades iberoamericanas.

 
Economía Donut o Economía Rosquilla: el espacio justo y seguro para la humanidad Fuente: K. Raworth, 2019

En definitiva, para revertir las consecuencias de la pérdida acelerada de capital natural que hemos ido provocando, necesitamos impulsar culturas regenerativas, que cambien la visión de un mundo fragmentado a un modelo mental de sistemas en su totalidad. En ese sentido, la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son un puente fundamental hacia esta regeneración en todas las esferas (Wahl, 2020). La cultura regenerativa se basa en el entendimiento de que la humanidad y la naturaleza están completamente vinculados, buscando apoyos en la alineación de los sistemas financieros y económicos con los sistemas saludables de la Tierra.

Consulta el II Informe La Rábida sobre Desarrollo Sostenible y Cambio Climático completo aquí